"creer en la utopia es parte de construirla..."

domingo, 1 de mayo de 2011

gotas y hojas



Ya había olvidado la grata sensación de teclear mis pensamientos y mirarlos aparecer en la pantalla, el otoño se ve en las cercanías, lo veo en las mañanas, la neblina suave como una manta desciende y se posa sobre cada rincón que no se alcanzo a cubrir; Lo veo en las tardes, cuando el reloj marca horas tempranas pero el sol nos dice que el día se acaba; Lo veo en las plantas, cada día más amarillas avisando que tenemos que prepararnos para aceptar el muerto y frio invierno; Lo veo en la casa, más frazadas en mi cama, más abrigos en mis cajones, un pijama más grueso y los primeros humos de la chimenea…
Es esta fecha, es otoño la época de aceptación, cuando todo lo bueno se acaba, cuando el Edén se congela y las flores se vuelven semillas ocultas en la tierra, evitando esta fecha, durmiendo hasta que el sol vuelva a salir para disfrutar de nuevo de las grandes fiestas.
Mi cuerpo tiembla, tengo miedo, las cosas cambiaron frente a mis ojos y sin darme cuenta todo a mi alrededor se volvió algo extraño, algo que no conocía, de pronto me vuelvo a sentir solo, ¿de qué se trata? ¿De qué sirve mi respuesta, si solo me causa más preguntas?
Mi plan era terminar con todos los problemas que en algún momento viví, en algún momento tuve, que en algún momento me afectaron, ¿Cómo soluciono un problema con un muerto? ¿Como pago una deuda emocional, si la persona a la que le debo ya no está aquí?
Me confundo, son demasiados problemas sin resolver, algunos están tan ocultos, que solo los puedo sentir, ni siquiera tengo claro cómo solucionarlos, más bien, ni siquiera se cual es el problema.
En otros casos tengo que decidir, solucionar muchos problemas pequeños y nunca poder solucionar uno grande o nunca poder solucionar muchos problemas pequeños y solucionar uno grande…
Estoy confundido, ¿Qué pasa?
La gente me dice que estoy más alegre, el espejo nota mis cambios, pero no me siento como yo, desaparecí, vendí mi escancia, compre una mucho más simple.
¿Dónde está mi lealtad? Por más que la busco, por más que busco soluciones no logro saber a quién apoyar.
¿Qué vale más: Una obra de arte única o un patrón que genere infinitamente la misma obra?
Cuatro cubos, dieciséis gotas y una pequeña pastilla son las cosas que tengo que tomar a lo largo del día. ¿Para qué? Para que ande tranquilo, despierto, feliz, entre muchas otras cosas, porque al parecer, en algún momento de estos años, en algún lugar de este mundo, probablemente cerca alguna de mis billeteras deje la capacidad de conseguir solo estas cosas.
No me malentiendan, no me estoy quejando, me siento feliz (debe ser por la pastilla) porque después de todo es como pedir un crédito, eran cosas que no tengo, supongo que cuando me digan que las puedo dejar, tendré que entregar el doble de mis capacidades para pagar la deuda que debo, porque según cuenta mi hígado, los cerebros y las emociones no aceptan cheques, porque según ellos ni uno tiene fondos para pagar.